El encuentro
Conocí al escritor Luis Backer por casualidad. Coincidimos en la presentación de un libro en el “Salón Covadonga”, situado en la Colonia Roma de la CDMX. Como todos los encuentros en ese lugar, fue frente a un trago. A decir verdad, no es cosa de suerte encontrarte con gente que tenga que ver con las letras o el arte en general, lo trascendente es que logres establecer una conversación agradable y que ese acto te lleve a otro lugar; como en mi caso el terminar escribiendo sobre su libro de crónicas “Chinos con la remera de Messi” (Ediciones periféricas, 2022).
El autor
Antes de hablar sobre su libro, me permitió contarle sobre mis colaboraciones con este medio y mi interés por la reseña de obras literarias. Después me platicó sobre su quehacer académico, de su pasión por el cine, su posgrado en literatura comparada y su novela “Paraíso en la tierra”. Luego hablamos de otras muchas cosas que se hablan y suceden en un lugar donde siempre ocurre algo inesperado, y siempre con un trago en la mesa. Así pasó el tiempo cantinero, hasta que de su mochila sacó un ejemplar de la crónica sobre su viaje al mundial de Rusia 2018. Sobre el libro ya no hablamos más, pero tácitamente quedamos de ponerlo sobre la mesa de los comentarios a través de estos párrafos.
El viaje
Reconozco que tengo conocimientos casi nulos sobre futbol, así que pasaré de verme como villamelón de esta disciplina deportiva, eso sí, dejando claro que los datos que leí en la obra son más de contexto que del deporte en sí, cosa que me fue de utilidad para ambientar la narración del viaje completo. También debo decir que abrí la primera página de “Chinos con la remera de Messi” con genuina curiosidad de leer la crónica de Luis Backer, no solo porque la recibí de su misma mano, sino porque al verlo tan apasionado en su quehacer profesional no queda más que dejarse contagiar por esa energía y saber qué es lo que pasa entre las páginas del libro.
Fue grata mi sorpresa al ver que la obra me envolvió sin darme cuenta y que no iba a tener que tomar un diccionario deportivo; que las anécdotas que cuenta Luis de su viaje pareciera que las está contando mientras estamos sentados en medio de los comensales del Covandoga. Es decir, con un lenguaje coloquial, puntual y preciso que nos hace querer saber más sobre lo que le pasó al principio de la travesía en un aeropuerto inglés y lo que vino después.
Fútbol y arte
Confieso que los datos futbolísticos nutrieron mi conocimiento sobre el tema. Lo cautivador es que la euforia de los fanáticos del balompié, la cultura rusa mezclada con la mexicanada en el extranjero y los chinos regalando boletos afuera de los estadios hacen de esta obra un mosaico de historias solo imaginables en un evento como un mundial de fútbol.
Otra cara del libro, o más bien del viaje, que es relevante, es la experiencia del autor en algunos de los lugares emblemáticos de Rusia. Y lo resalto porque es interesante ver que alguien que acude a una gesta como un mundial de fútbol le brinde un tiempo considerable a la exploración de lugares de índole artística. Así, nos encontramos con la narración de su visita a la casa de Dostoievski, su estancia en el teatro Bolshoi o su crónica de carácter más serio de su recorrido por el Museo Hermitage.
Por todo lo anterior, puedo decir que es una obra redonda, que me llevó y me trajo junto con el autor en su periplo. Que ya no les voy a contar más porque los quiero dejar picados para que lo busquen y lo lean. Yo tuve la fortuna de recibirlo de manos del autor con la promesa de escribir sobre él, pero ustedes lo pueden buscar en www.edicionesperifericas.com o en su librería favorita. Si no tienen la suerte de encontrarlo será un buen pretexto para pedirle a los editores que lo reimpriman o digitalicen. Porque, como un buen libro de crónicas, siempre estará vigente para recordar el mundial de Rusia 2018 desde la visión del escritor Luis Backer.
